Cambio Sociales
En los últimos años, se está produciendo una mayor normalización de la
transexualidad en los entornos sociales y familiares más próximos a la persona
transexual. Hecho que ha sido posible por la interacción de varios factores tales
como: el acceso a información de mayor calidad sobre la transexualidad; al
apoyo a los profesionales de la atención socio-sanitaria (endocrinos;
psiquiatras; cirujanos; enfermeras; psicólogos; sociólogos; trabajadores
sociales, etcétera); labores de sensibilización social, información y
asesoramiento por parte de las asociaciones de personas transexuales. Todo
esto influye en que las familias comiencen antes a asumir y a apoyar a su hijo o
hija transexual.
Claro está, que aunque al principio afloren muchos conflictos intrafamiliares
derivados de los prejuicios sociales, las nuevas generaciones de jóvenes
transexuales –a pesar de seguir encontrando muchos obstáculos y
comportamientos discriminatorios por parte de la Sociedad- pueden alcanzar
mayores metas personales –vetadas a generaciones pasadas-. Y por tanto,
pueden acceder en mejores condiciones al mercado laboral, con mayor
formación y mayores posibilidades de promoción social y profesional. El cambio
social es necesario, lento, muy lento.
Esto no quiere decir que no subsista la discriminación sociolaboral, el acoso en
el entorno social, educativo y laboral, los conflictos intrafamiliares (llegando
incluso a la expulsión del hogar familiar), la incomprensión o la soledad.
Aunque todos estos problemas pueden y siguen existiendo, muchas personas
transexuales tienen más herramientas psicosociales para afrontar de una
manera diferente su situación y sus expectativas vitales.
transexualidad en los entornos sociales y familiares más próximos a la persona
transexual. Hecho que ha sido posible por la interacción de varios factores tales
como: el acceso a información de mayor calidad sobre la transexualidad; al
apoyo a los profesionales de la atención socio-sanitaria (endocrinos;
psiquiatras; cirujanos; enfermeras; psicólogos; sociólogos; trabajadores
sociales, etcétera); labores de sensibilización social, información y
asesoramiento por parte de las asociaciones de personas transexuales. Todo
esto influye en que las familias comiencen antes a asumir y a apoyar a su hijo o
hija transexual.
Claro está, que aunque al principio afloren muchos conflictos intrafamiliares
derivados de los prejuicios sociales, las nuevas generaciones de jóvenes
transexuales –a pesar de seguir encontrando muchos obstáculos y
comportamientos discriminatorios por parte de la Sociedad- pueden alcanzar
mayores metas personales –vetadas a generaciones pasadas-. Y por tanto,
pueden acceder en mejores condiciones al mercado laboral, con mayor
formación y mayores posibilidades de promoción social y profesional. El cambio
social es necesario, lento, muy lento.
Esto no quiere decir que no subsista la discriminación sociolaboral, el acoso en
el entorno social, educativo y laboral, los conflictos intrafamiliares (llegando
incluso a la expulsión del hogar familiar), la incomprensión o la soledad.
Aunque todos estos problemas pueden y siguen existiendo, muchas personas
transexuales tienen más herramientas psicosociales para afrontar de una
manera diferente su situación y sus expectativas vitales.

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